Este tipo de alimentación ha tomado bastante popularidad en los últimos años, y lo cierto es que este famoso modelo de alimentación no es nada nuevo, ya que tiene décadas desde sus primeros usos.
Cabe resaltar que la dieta keto se comenzó a utilizar con fines terapéuticos para personas con epilepsia como tratamiento no farmacológico y no con fines estéticos como hoy en día.
Para comenzar tienes que tener claro 3 aspectos de la dieta keto o cetogénica, como también se le conoce.
1º Es una dieta bastante restrictiva en hidratos de carbono y alta en grasa
Este tipo de dietas se caracteriza por su alto contenido en grasa y muy bajo en hidratos de carbono, lo cual hace que nuestro cuerpo entre en cetosis, condición metabólica en la que utilizamos nuestras reservas de grasa corporal.
Claro que para llegar a la cetosis hay que pasar un periodo de adaptación y mientras llegas a él puede que no la pases de lo mejor.
2º Se necesita demasiada disciplina
Nuestro cuerpo utiliza la glucosa (que viene de los carbohidratos, principalmente) como fuente de energía. Al disminuir la ingesta de carbohidratos (hidratos de carbono) obligamos a nuestro cuerpo, después de un tiempo (periodo de adaptación), a utilizar los cuerpos cetónicos como energía (que vienen de las grasas). Es aquí en donde la disciplina tiene un papel importante, ya que, si superas (aunque sea un poco) tu requerimiento de hidratos de carbono, tu cuerpo saldrá de ese estado de cetosis, tirando todo tu trabajo anterior a la basura. Por eso es sumamente importante que una vez que empieces no desistas.
3º No, no pasas hambre
La combinación de su alto contenido en grasa y su aporte moderado en proteína te mantiene en estado de saciedad por tiempos prolongados. Aunque los primeros días no te sientas con hambre puede que tengas la sensación o necesidad de ingerir más carbohidratos, ya que tu cuerpo estará buscando esa glucosa que acostumbraba tener normalmente para utilizarla como energía.